domingo, 6 de noviembre de 2011

Artículo; Los cuidados de enfermería y el sentido del humor.





Estoy totalmente de acuerdo en la importancia que le da el artículo al humor, no sólo para la salud, sino para el día a día de las personas.
Ya que se trata de un recurso que podemos tener todos a nuestro alcance, y que nos haría cambiar nuestra manera de vivir la vida.
También es verdad que no sólo se trataría de algo genético, sino que también existe la posibilidad de aprender aspectos que nos ayudarían a conseguir el humor, como es el caso de la autoestima o hacer el esfuerzo por ser amable y sonreír.

En el caso de la salud, es un factor que muchos profesionales de la salud lo pasan por alto, y no se dan cuenta que se trata de un medio que mejoraría no sólo la salud sino también la calidad de vida, ya que la risa libera endorfinas cerebrales y es un estimulante psíquico, y por su acción en el sistema neurovegetativo combate el estrés (que lo padece la mayor parte del personal sanitario).
Recalca  Marta Allué en su libro <<Perder la piel>> que el papel de la enfermera no sólo tendría que ir centrado en lo físico sino también en lo psíquico del paciente, ya que afirma que la mayoría de las enfermeras caen en ese error porque no consideran tan importante el estado mental como el estado físico del paciente y por ello no se esfuerzan en hacer sentir bien al otro aunque a veces no les apetezca.

A mi entender el buen humor, el optimismo, las personas que afrontan la vida de manera positiva y valorando la importancia de las cosas tienen la capacidad de manifestar en su cara, en el brillo de los ojos, en los gestos esa felicidad que fácilmente puede ser transmitida y su vez conseguir una armonía que también se ve reflejada en su cuerpo. Esto me hace recordar en mis ultimo prácticas a una enfermera que siempre, cada mañana, venía con una sonrisa en la cara. Y daba igual que haya estado de guardia toda la noche, como si la planta estuviera llena de pacientes, trataba a cada uno de ellos con esa sonrisa aportando la confianza que los pacientes necesitan por el estado de salud en el que están.

Valoro mucho el esfuerzo de esa enfermera, que vivía el día a día con entusiasmo y optimismo, pensando en los sentimientos de los pacientes, sin importar los factores externos que pueden afectar a su estado. Debería haber más enfermeras que consideren a los pacientes como un ser holístico, como un ser con sus sentimientos, preocupaciones y que sólo buscan comprensión y algo de optimismo por parte de las enfermeras que le aporten la fuerza para continuar en el proceso de mejora de su salud.


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